lunes, 11 de marzo de 2013

La devoción a Nuestra Señora del Sufragio (del Corazón de Maria 1876 pág,308)


          La Virgen entregada como madre a todos los cristianos por Jesús en el calvario alegra con su presencia a los bienaventurados del cielo y los hace partícipes de un gozo especial; consuela y ayuda a nosotros peregrinos en este valle de lágrimas y nos ayuda para alcanzar nuestra patria; ¿olvidará ella  a esos hijos suyos que ya han dejado la tierra pero todavía no han llegado al cielo porque no totalmente purificados de la mancha del pecado? Maria es la madre universal que no puede abandonar a sus hijos mientras necesiten su ayuda. Ella conoce los tormentos que sufren esas almas y cuán ardientemente suspiran por amor alcanzar el gozo hacia el cual su corazón tiende irresistiblemente; ella ve en esas almas cuanto  amen a Jesús y a ella ¿Cómo no las ayudarà  pudiendo hacerlo? Maria revela a  Santa Brígida: “Yo soy Madre para cuantos están en el purgatorio”. Otras revelaciones ponen en evidencia que la Virgen las visita, las consuela, intercede por ella y las libera.

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