lunes, 11 de marzo de 2013

Prácticas especiales para honrar a Nuestra Señora del Sufragio (del Corazón de Maria 1876 pág,308)


          1.La Iglesia dedica el mes de noviembre de manera particular a la memoria del purgatorio; consagrémoslo todo a nuestra Señora del Sufragio rezándole por nosotros y por las almas del purgatorio. Ésto se puede hacer en la iglesia asistiendo a la predicación y a las celebraciones que a tal fin se hacen, o en casa con la guía del librito impreso con este fin ( Nuestra Señora del Sufragio o el mes de noviembre consagrado a las almas del purgatorio en unión con Maria Virgen) o al menos con alguna oración apropiada para este fin, o el rosario o el miserere o cinco Pater, Ave y requiem cada día, concluyendo todo con tres Ave Maria y con la invocación Nuestra Señora del Sufragio rogad por nosotros y por las almas del purgatorio. Quien quiera podrá rezar cada día la coronilla de los difuntos también rica de muchas indulgencias.
         2. Inscribirse en la asociación de Nuestra Señora del Sufragio erigida canónica mente en la iglesia del sufragio y rica de indulgencias. Con ella  todos los socios concurren para honrar a la Virgen, participan del bien común de los socios, gozan particulares sufragios después de su muerte y, colaborando con una pequeña limosna anual para el mantenimiento del templo, participan también de todo el bien que en él se hace.
        3. Hacer el acto heroico de caridad, o sea ofrecer todas las obras satisfactorias y sufragios a favor de las almas del purgatorio. Con este acto de caridad aprobado por la iglesia ponemos en las manos de la Santísima Virgen todas nuestras obras satisfactorias realizadas en vida y todos los sufragios que podamos recibir después de nuestra muerte a fin de que la Virgen los distribuya a favor de aquellas almas santas que ella quiera liberar del purgatorio. Es suficiente con hacerlo una sola vez, ni se prescribe para ello alguna fórmula, basta un acto de voluntad con la intención de hacer el acto heroico de caridad por el purgatorio como lo concede la santa iglesia.
        4. Sería también una práctica linda de ofrecerse a Nuestra Señora del sufragio participar todos los días del mes de noviembre en la misa, comulgando y aplicándola a los difuntos. Mejor todavía seria hacer celebrar treinta misas, una por cada día del mes poniendo este sufragio en las manos de María para que ella disponga de ellos según el deseo de su purísimo corazón.
        5. Obtener en noviembre el mayor número posible de indulgencias y así colaborar por nuestra parte en la liberación de muchísimas almas del purgatorio dejando a la Virgen del sufragio su aplicación.
       A estos medios generales cada uno puede agregar los que sugiera su propia devoción como por ejemplo: ayunos, mortificaciones, limosnas, privaciones, ejercicios de una virtud particular, haciendo cada cosa a honor de Maria Virgen, para bien de nuestras almas y en sufragio de las almas del purgatorio

Como honrar a Nuestra Señora del Sufragio (del Corazón de Maria 1876 pág,308)


           Se honra a Maria del Sufragio: primero, con la oración humilde y confiada; ésto se puede hacer en cualquier lugar: en la Iglesia, en casa, de día y de noche con la oración que uno quiera o invocación o aspiración del corazón ya que nada es desconocido por Maria Virgen, ya que ella al igual que Jesús escucha también la preparación de nuestro corazón. Invoquémosla con jaculatorias y especialmente con la que le es propia: Nuestra Señora del Sufragio rogad por nosotros y por las almas del purgatorio. Segundo, se honra visitando el santuario a ella consagrado con viva fe, firme esperanza y ardiente caridad y así recomendar fervientemente a nosotros mismos y a las almas de nuestros seres queridos difuntos. Tercero, se honra celando la causa del purgatorio con la certeza de agradarle al corazón de Maria y al corazón de Jesús que ardientemente desean la liberación de aquellas almas; promoviendo asociaciones del sufragio erigidas bajo los auspicios de Maria, rezando cotidianamente el rosario por los difuntos, haciendo celebrar muchas misas por las almas del purgatorio, obteniendo indulgencias por ellas, practicando obras buenas y aplicando la satisfacción a ellas, con las comuniones, con el acto heroico de caridad, etc, todos ellos medios para honrar a Nuestra Señora del Sufragio y consolar su corazón abriendo a muchas almas las puertas del cielo. Cuarto, se honra a Nuestra Señora del Sufragio imitando sus virtudes especialmente la caridad con el prójimo, la bondad y mansedumbre con todos, la pureza de corazón, intentando no solo agradarle a ella y gozar de su protección particular en vida y en muerte y mucho más en purgatorio, sino también merecer que ella nos escuche cuando rezamos por los demás.

Nuestra Señora del sufragio nos anima a evitar el purgatorio (del Corazón de Maria 1876 pág,308)


          Aunque sea difícil no caer entre aquellas llamas, no es imposible evitarlas en todo o en partes. Para lograrlo nuestra Señora nos dice que evitemos los pecados veniales además de mortales, que hagamos continua penitencia por las culpas cometidas, que obtengamos mayor número posible de indulgencias, que repitamos muchos actos de amor de Dios, que frecuentemos los santos sacramentos, que estemos siempre preparados para nuestra última hora. Si el vivir así comporta sacrificios, vigilancia, mortificación de los sentidos, en punto de muerte bendeciremos el haber escuchado estas invitaciones de María.
          Aunque sean graves nuestros pecados y larguísima la penitencia debida, si nosotros multiplicamos las obras santas, los actos de virtud, de paciencia, de caridad, de humildad, de dulzura, de aceptación, de devoción, todos méritos puestos del otro lado de la balanza así que el bien supere  el mal ¿Qué nos quedará por satisfacer en purgatorio? justamente eso es lo que hicieron los santos que habiendo sido pecadores supieron luego santificarse y con virtud heroica evitar toda pena del purgatorio. Nuestra Señora del Sufragio no te impulsa a hacer milagros ni tampoco cosas extraordinarias, más bien que seas fiel en las pequeñas cosas, en los pequeños actos de virtud, de jaculatorias, de sacrificios, de santas intenciones, de fervientes suspiros; te anima a tener hambre de obrar el bien, una voluntad constante de no perder ocasión de méritos, de nunca decir basta de anhelar incesantemente a crecer, a cumplir todo deber de religión y de estado con exactitud y por amor a Dios. Todo esto no es imposible para nosotros y podrías viviendo así hacer tu purgatorio. Si las almas del purgatorio con limosnas, con oraciones, asistiendo a los enfermos, confortando a los afligidos con una vida ejemplar, con una vida ferviente pudieran liberarse de aquellas llamas ¿Qué no harían?  Nuestra Señora del Sufragio te diría: piénsalo, alma cristiana y estarás contenta; ni habrá más purgatorio para ti, invoquemos frecuentemente a María ya que la devoción hacia ellas siempre fue un medio importante para evitar en todo o en parte aquella cárcel de expiación.

Nuestra Señora del Sufragio muestra la facilidad del sufragio (del Corazón de Maria 1876 pág,308)


          Maria siempre en acto de ayudar a sus hijas del purgatorio te invita a imitarla, lo cual resulta muy fácil si lo quieres. No solamente las oraciones, las limosnas, las misas, las comuniones, las indulgencias sino un Requiem aeternam, una jaculatoria, un suspiro de amor, una pequeña mortificación, un acto de paciencia, el soportar a una persona molesta, el abandono a la divina voluntad, todo padecimiento voluntario o involuntario, el deber según el propio estado, el mismo dormir, comer, pasear, la acción más humilde de nuestra vida hecha en gracia de Dios y ofrecida a él con la intención de sufragar a las almas vale para su liberación. Cada obra nuestra, cada afecto de nuestro corazón, cada deseo de la voluntad es para el cristiano justo un acto de virtud y por lo tanto un mérito que se puede ofrecer como sufragio de las almas del purgatorio. ¿Quién no puede hacer ésto? dice la Virgen ¿quién dirá imposible liberar muchísimas almas con tal que lo quiera? es verdad que tres condiciones son necesarias par el sufragio: 1ª, nuestras acciones sean hechas en estado de gracia es decir no en pecado mortal. Las obras buenas de pecadores no son agradables a Dios en cuanto a satisfacción meritoria; son obras muertas y quién no está en condiciones de merecer por si mismo no puede ceder el mérito a las almas. Se exceptúa el sacrificio de la misa cuyo valor no depende de quién la ofrece sino de Jesús que se ofrece por nosotros y por tanto no pierde su valor aunque sea encargada y celebrada por un pecador; algunos exceptúan también las indulgencias que siempre se pueden obtener por las almas del purgatorio. 2ª, que las obras se hagan con la intención de sufragar a las almas; pudiendo nosotros obrar con estos fines, nuestras obras, según dice Santo Tomás, ayudan a los difuntos en razón de la caridad y de la intención. 3º, hacer las obras bien, con exactitud, con devoción y con fervor. ¿Hay algo imposible en ésto para todos nosotros? por lo tanto es fácil liberar muchas almas por tu medio, dice la Virgen y tú ¿qué haces?.

Nuestra Señora del Sufragio nos hace conocer los deseos del corazón de Jesús (del Corazón de Maria 1876 pág,308)


           Maria en vida estudió todos los medios para secundar los deseos de su Hijo; fue ella la primera que amó al Sagrado Corazón ¡Cuánto desea que todos nosotros cumplamos lo que él quiere! en el calvario Maria escuchó la voz llena de compasión de Jesús moribundo que le traspasó el corazón porque comprendió plenamente su significado: sitio, tengo sed. Maria nos revela que esa misma voz sigue saliendo del Sagrado Corazón con respecto a las almas del purgatorio. Si bien  en el trono de gloria, adorado por los ángeles, amado por los santos, Jesús sigue teniendo sed. Tengo sed de amor y si la mayor parte de los que se llaman cristianos poco o nada me aman en la tierra, me aman las almas del purgatorio ¡cuánto deseo recompensarlas! tengo sed ¿quién se ocupa en el mundo de mis deseos de amor?¿cuántos piensan en los latidos que costó a mi corazón la redención?¿quién medita en mi sacrificios, en los dolores de mis agonías, en mi sangre derramada hasta la última gota? solo encuentro frialdad, negligencias, blasfemias, sacrilegios… pero las almas del  purgatorio me amaron en vida y ahora como hijas agradecidas de mi corazón me aman todavía más; sitio, tengo sed de liberarlas.
         Tengo sed de almas que en el cielo me glorifiquen, a cambio de tantos sacrilegios, me bendigan en vez de tantos indiferentes, me amen en lugar de tanta frialdad ¿quién me ayuda a liberar a las almas del purgatorio? éstas me alabarán eternamente y mientras podré donarles el premio de sus virtudes, ellas me consolarán por toda la eternidad. Tengo sed de una oración, de una limosna, de una misa, de una comunión… y tú, continua Nuestra Señora del Sufragio, ¿vas a negar una gota de agua al corazón de Jesús? ¿No vas a querer consolar a mi Hijo y consolarme a mi misma sufragando a aquellas almas?

Qué hace Nuestra Señora del Sufragio a favor de las almas del purgatorio (del Corazón de Maria 1876 pág,308)


         Muchos medios tiene la Virgen para ayudar a las almas del purgatorio. El mismo nombre dr Maria pronunciado por aquellas almas es bálsamo suave más de lo que fue para San Bernardo, San Felipe Neri, San Estanislao, Kostka, San Luis Gonzaga que lloraban de gozo invocando a Maria. Algunos dicen que ella visita en persona a aquellas almas; esto no se opone a la sabiduría de Dios ni al poder de la Virgen y si ella se aparecía a San Cayetano, a San Antonio de Padua, a Andrés Avellino, para consolarlos en sus tribulaciones, ¿será motivo de asombro que visite a las almas del purgatorio para confortarlas en sus gravísimas penas? y si Maria pronunciara una sola palabra, ¡que gozo infundiría en su corazón! Maria las visita mediante los ángeles portadores de buenas noticias de sufragios obtenidos, de gracias otorgadas, de liberación obtenida. Además, según expresa San Pier Damián, Maria obtiene para ellos abundantes sufragios. Ninguna madre asiste a su hijo enfermo con tanta compasión como la de Maria por las almas del purgatorio. Inocencio III decía que a veces Maria obtiene para ellas la posibilidad de presentarse a los amigos y pedir socorro. San Alfonso Maria de Ligorio escribía que como una Madre intercede para el hijo la piedad del Padre, así Maria reza continuamente por ellas y obtiene que las penas sean más breves.
          Maria inspira a los vivientes que sufraguen con misas, comuniones, limosnas, obras buenas al alma de un pariente, amigo, benefactor  olvidados por años y ahora improvisamente recordado, tal vez por gracia de Maria que lo quiere salvar. Inspira a las almas piadosas votos heroicos de aplicar al purgatorio todo el bien que se va obrando: las indulgencias, ferviente celo por propagar esta devoción fundando sociedades, instituciones, meses para los difuntos, triduos y novenas de predicación sobre el purgatorio; tal vez ella misma inspiró el título de Nuestra Señora del Sufragio y la erección de nuevas iglesia con ese título, a fin de animar a los fieles a rezar por las almas invocándola a ella. Son todos medios de aquella tiernísima madre para salud de aquellas hijas amadas. Maria del Sufragio libera a aquellas almas. Si ella adora la justicia divina que las condena, también ella se ocupa para vaciar esa cárcel. San Bernardino escribe que ella tiene un poder de bondad, de clemencia, de misericordia. Santa Brígida dice que en todo momento ella derrama sobre esas llamas una lluvia de refrigerio; ofrece sus propios méritos al Hijo y los méritos del Hijo al Padre del cielo. Ella inocente, pura y santa ¿no será escuchada?. San Pier Damiani escribe que en el día de la asunta María liberó del purgatorio más almas  de cuantos ciudadanos había en Roma. Dionisio Cartusiano afirma que en navidad, en pascua y en las fiestas de María ella libera muchas almas del purgatorio. ¿Quién no conoce las promesas hechas al Beato Simón Stock y Juan XXII de liberar del purgatorio a los devotos del Carmen el primer sábado después de su muerte?¿Quién no sabe a cuantos la devoción del rosario, de la medalla, de hijas de Maria les sirvió, les ayudó para ser liberados de aquellas llamas? por lo tanto es apropiado el título dado a Maria de  Nuestra Señora del Sufragio y cuanto debemos gozar de tener una madre tan buena que en vida y después de muerte toda se preocupa por abrir las puertas del paraíso.

La devoción a Nuestra Señora del Sufragio (del Corazón de Maria 1876 pág,308)


          La Virgen entregada como madre a todos los cristianos por Jesús en el calvario alegra con su presencia a los bienaventurados del cielo y los hace partícipes de un gozo especial; consuela y ayuda a nosotros peregrinos en este valle de lágrimas y nos ayuda para alcanzar nuestra patria; ¿olvidará ella  a esos hijos suyos que ya han dejado la tierra pero todavía no han llegado al cielo porque no totalmente purificados de la mancha del pecado? Maria es la madre universal que no puede abandonar a sus hijos mientras necesiten su ayuda. Ella conoce los tormentos que sufren esas almas y cuán ardientemente suspiran por amor alcanzar el gozo hacia el cual su corazón tiende irresistiblemente; ella ve en esas almas cuanto  amen a Jesús y a ella ¿Cómo no las ayudarà  pudiendo hacerlo? Maria revela a  Santa Brígida: “Yo soy Madre para cuantos están en el purgatorio”. Otras revelaciones ponen en evidencia que la Virgen las visita, las consuela, intercede por ella y las libera.

El nombre de Nuestra Señora del Sufragio (del Corazón de Maria 1876 pág,308)


        Este título dado a María Virgen no es nuevo. Ella es Madre propicia hacia nosotros sus hijos y benignamente nos socorre en nuestras necesidades; fue invocada por nuestros padres como consoladora de los afligidos, como estrella de los navegantes, salud de los enfermos, refugio de pecadores, Nuestra Señora del Sagrado Corazón, Esperanza de desesperados, todos títulos que convienen a la Santísima Virgen, abogada nuestra en vida y en muerte. Además fue invocada como Virgen del Sufragio porque en verdad es madre de las almas del purgatorio.
       Ya hace más de cien años existía en Turín una iglesia dedicada a la Virgen del Sufragio ( es decir la iglesia de las antiguas Capuchinas, en la calle Roma, que ya no existe); un altar con el título del Sufragio es dedicado a María en la capilla subterránea de la iglesia de la Santísima Trinidad; también en Santa Cristina ha sido erigida una compañía bajo la protección de la Virgen del Sufragio; además desde 1870 las religiosas Capuchinas de Turín obtuvieron el permiso de Roma para solemnizar el domingo entre la octava de los santos, rezando el oficio propio, aprobado por la santa sede. Por lo tanto este título de Nuestra Señora del Sufragio no es una novedad, tampoco asombra que actualmente en Turín dos iglesias lleven este título: la nueva iglesia de las capuchinas en el barrio Po y Nuestra Señora del Sufragio en la calle San Donato.

Nueva foto de Nuestra Señora del Sufragio (Del “Cuor di Maria. Año 1876. pág,3-6)


             Era justo que, para acrecentar la devoción a Nuestra Señora del Sufragio, se realizara una nueva imagen de la Virgen María en una actitud que de veras represente la bondad de su corazón,  y lo que Ella hace a favor de las almas del purgatorio
             La imagen forma parte de un grupo marmóreo, o monumento, alto cuatro metros y medio, colocado en un templete de más de cinco metros de altura.  
             En la parte superior del monumento está  Nuestra Señora del Sufragio, de pié,  mirando fijamente al cielo; pide al Señor misericordia por las almas del purgatorio.  
            Un velo liviano cubre su cabeza. Sus brazos extendidos, como se representa en la medalla milagrosa, muestran a las almas que están debajo de Ella y son objeto de su misericordia y de sus oraciones. Su mirada es compasiva y dulce. su postura  es noble, simple y austera; un rico manto la envuelve y adorna; hay naturalidad en todos los pliegues. La estatua, de aproximadamente dos metros de altura, está apoyada en una masa de  nubes  que la sostiene  y eleva por encima del purgatorio, ubicado en la parte inferior;
            En las mismas nubes están arrodillados dos ángeles con formas muy esbeltas que se asemejan a los del B. Angélico. Ambos llevan alas muy ligeras;  uno con la cabeza hacia arriba tiene en sus manos  una cruz y la muestra a Nuestra Señora del Sufragio, casi suplicándole que  impetre, por los méritos de la cruz de Cristo, la liberación de las almas que el mismo Ángel protege; el otro Ángel con la cabeza inclinada, tiene en sus manos un cáliz y lo vierte sobre las almas que se purifican, para significar las oraciones que ya Dios ha escuchado  favorablemente por la intercesión de la Bienaventurada Virgen y que se vuelven refrigerio para las almas en el purgatorio. También significa el sufragio constante que desciende por obra de la Virgen María sobre aquellas almas que sufren. Los ángeles están colocados por debajo de la estatua de María; sus cabezas llegan justo a las rodillas de la Virgen María y su altura es  proporcional a la altura de María.
            Una masa de nubes de aproximadamente un metro de altura, divide a los ángeles de las almas del Purgatorio, que por el ancho de dos metros forman la base del monumento. Cinco personas de tamaño normal se encuentran en diferentes poses y a diferentes alturas en forma de pirámide, de modo que la altura de la persona que está en el centro se ensambla muy bien con los  ángeles y con las nubes, a la vez que quedan separados del grupo superior. Algunas almas miran a Nuestra Señora del Sufragio esperando liberación de su Madre celestial; la que tiene la cabeza inclinada, muestra el dolor que la atormenta; otra tiene el rostro entre las manos como signo de arrepentimiento por haber merecido tal castigo. Las llamas lanzándose en todas direcciones envuelven a todas las almas. Todo el monumento representa muy eficazmente a los fieles la devoción que se desea comunicar…

SOLEMNE INAUGURACION del Grupo marmóreo de Nuestra Señora del sufragio

El monumento, en mármol blanco de Carrara es obra de Tortone, quien puso todo su empeño para que respondiese a la Iglesia y a la idea religiosa que se quería evidenciar en el grupo. Los Angeles son admirados por todos por la agilidad y  la actitud devota. En las almas que se purifican se ve expresado el dolor, el deseo de ser liberadas de las llamas; las actitudes son variadas y expresivas. El grupo es alto aproximadamente cinco metros…
Particularmente se destaca la imagen de María, a quien se dio el título de Nuestra Señora del Sufragio. La Virgen es invocada en todas las necesidades de la vida, por eso es invocada “Virgen de la Consolada, de la Salud, de la Paz, de las Gracias, ecc. según las necesidades y María siempre escuchó a quien la invocó de corazón. Pero la Virgen no sólo nos ayuda en vida, en los peligros y tribulaciones; no sólo nos roege enfermos (slud de los enfermos) o en el momento de a muerte, en el viaje a la eternidad y en soene juicio, sino que es madre de las almas ya juzgadas salvadas y no todavía tan puras como para volar al cielo sin pagar alguna deuda con la divina justicia. Ella es Reina del Purgatorio, como la llaman algunos Santos; ella visita aquella cárcel, consuela aquellas benditas almas u muchas libera con su poder real. Y nosotros sentimos la necesidad de invocarla benigna sea por aquellas almas que ya se encuentran en esa cárcel, sea por nosotros que pronto tendremos que pasar por aquel bautismo de fuego. Por eso Nuestra Señora es representada con los ojos mirando al trono de Dios, en actitud de interceder por las benditas almas representadas abajo. Ella extiende las manos como la Virgen de las gracias, y parece que se derraman como gotas de rocío las gracias para vivos y difuntos.
            A los pies de Nuestra Señora del Sufragio, sobre las nubes dos Ángeles de rodillas, parecidos a los del Beato Angélico. Uno presenta la cruz a la Virgen y simboliza que sólo por la Sangre preciosísima de Jesús, derramada un día sobre la cruz y ahora místicamente sobre nuestros altares, las almas del purgatorio son salvadas, La Virgen pide a Jesús que salve a las almas del purgatorio, agregando sus méritos particulares, pero en el fondo también los méritos de María tienen valor si unidos a los méritos de la cruz de su Hijo que don a ellos un valor infinito y los hace agradable ante Dios. El otro Ángel tiene en la mano un cáliz en actitud de derramarlo sobre la almas del purgatorio. Si el primer Ángel representa la santa oración de María, el segundo representa las gracias ya obtenidas y el Ángel derrama sobre las lamas el sufragio. El cáliz indica también que la Santa Misa es el medio más eficaz para liberar a las almas del purgatorio; que en el momento de la elevación de la Misa, los Ángeles recogen en cálices de oro la sangre de Jesús y la derraman sobre lo pecadores para su conversión, sobre los tibios para su santificación, sobre justos para que perseveren, y al mismo tiempo sobre el purgatorio; muchas almas son aliviadas y muchas liberadas de sus penas. Cómo le agradaría a María Virgen que pongamos en sus manos los méritos de muchas Misas celebradas, para que ella disponga según su amante corazón.
            Debajo de las nubes es representado el purgatorio, o sea cinco almas entre las llamas. Una representa al anciano que tarde dice haber derrochado el tiempo y ahora debe pagar duramente sus deudas con Dios. Otra representa una mujer que con las manos entre sus cabellos parece decir: en qué terminaron mis vanidades, mis ambiciones, los aplausos del mundo. Otra parece emitir un grito de  dolor, alzando un brazo e indicando a María para que la salve, ya que sus familiares la han abandonado y no se preocupan por quien sufre…¡Cómo aquellas llamas recuerdan las amargas penas de aquella cárcel! Y nosotros ¿no pagaremos por aquellas almas? Y nosotros ¿no nos vamos a dirigir a Nuestra Señora del Sufragio para que las salve? ¿No le pediremos que nos salve también a nosotros cuando estemos en aquella cárcel, o, mejor
, nos obtenga vivir en justicia, en santidad, y así evitar esos tormentos?

Imagen de Nuestra Señora del Sufragio (del Corazón de Maria 1876 pág,308)