Nuestra Señora del Sufragio
Este título dado a María Virgen no es nuevo. Ella es Madre propicia hacia nosotros sus hijos y benignamente nos socorre en nuestras necesidades;..... es invocada como Virgen del Sufragio porque en verdad es madre de las almas del purgatorio.
sábado, 9 de agosto de 2014
lunes, 11 de marzo de 2013
Prácticas especiales para honrar a Nuestra Señora del Sufragio (del Corazón de Maria 1876 pág,308)
1.La
Iglesia dedica el mes de noviembre de manera particular a la memoria del
purgatorio; consagrémoslo todo a nuestra Señora del Sufragio rezándole por
nosotros y por las almas del purgatorio. Ésto se puede hacer en la iglesia
asistiendo a la predicación y a las celebraciones que a tal fin se hacen, o en
casa con la guía del librito impreso con este fin ( Nuestra Señora del Sufragio
o el mes de noviembre consagrado a las almas del purgatorio en unión con Maria Virgen)
o al menos con alguna oración apropiada para este fin, o el rosario o el
miserere o cinco Pater, Ave y requiem cada día, concluyendo todo con tres Ave
Maria y con la invocación Nuestra Señora del Sufragio rogad por nosotros y por
las almas del purgatorio. Quien quiera podrá rezar cada día la coronilla de los
difuntos también rica de muchas indulgencias.
2.
Inscribirse en la asociación de Nuestra Señora del Sufragio erigida canónica
mente en la iglesia del sufragio y rica de indulgencias. Con ella todos los socios concurren para honrar a la Virgen,
participan del bien común de los socios, gozan particulares sufragios después
de su muerte y, colaborando con una pequeña limosna anual para el mantenimiento
del templo, participan también de todo el bien que en él se hace.
3. Hacer el acto heroico de caridad, o
sea ofrecer todas las obras satisfactorias y sufragios a favor de las almas del
purgatorio. Con este acto de caridad aprobado por la iglesia ponemos en las
manos de la Santísima Virgen todas nuestras obras satisfactorias realizadas en
vida y todos los sufragios que podamos recibir después de nuestra muerte a fin
de que la Virgen los distribuya a favor de aquellas almas santas que ella
quiera liberar del purgatorio. Es suficiente con hacerlo una sola vez, ni se prescribe
para ello alguna fórmula, basta un acto de voluntad con la intención de hacer
el acto heroico de caridad por el purgatorio como lo concede la santa iglesia.
4. Sería
también una práctica linda de ofrecerse a Nuestra Señora del sufragio participar
todos los días del mes de noviembre en la misa, comulgando y aplicándola a los
difuntos. Mejor todavía seria hacer celebrar treinta misas, una por cada día
del mes poniendo este sufragio en las manos de María para que ella disponga de
ellos según el deseo de su purísimo corazón.
5. Obtener
en noviembre el mayor número posible de indulgencias y así colaborar por
nuestra parte en la liberación de muchísimas almas del purgatorio dejando a la Virgen
del sufragio su aplicación.
A estos medios
generales cada uno puede agregar los que sugiera su propia devoción como por
ejemplo: ayunos, mortificaciones, limosnas, privaciones, ejercicios de una
virtud particular, haciendo cada cosa a honor de Maria Virgen, para bien de
nuestras almas y en sufragio de las almas del purgatorio
Como honrar a Nuestra Señora del Sufragio (del Corazón de Maria 1876 pág,308)
Se honra
a Maria del Sufragio: primero, con la oración humilde y confiada; ésto se puede
hacer en cualquier lugar: en la Iglesia, en casa, de día y de noche con la
oración que uno quiera o invocación o aspiración del corazón ya que nada es desconocido
por Maria Virgen, ya que ella al igual que Jesús escucha también la preparación
de nuestro corazón. Invoquémosla con jaculatorias y especialmente con la que le
es propia: Nuestra Señora del Sufragio rogad por nosotros y por las almas del
purgatorio. Segundo, se honra visitando el santuario a ella consagrado con viva
fe, firme esperanza y ardiente caridad y así recomendar fervientemente a
nosotros mismos y a las almas de nuestros seres queridos difuntos. Tercero, se
honra celando la causa del purgatorio con la certeza de agradarle al corazón de
Maria y al corazón de Jesús que ardientemente desean la liberación de aquellas
almas; promoviendo asociaciones del sufragio erigidas bajo los auspicios de Maria,
rezando cotidianamente el rosario por los difuntos, haciendo celebrar muchas
misas por las almas del purgatorio, obteniendo indulgencias por ellas,
practicando obras buenas y aplicando la satisfacción a ellas, con las
comuniones, con el acto heroico de caridad, etc, todos ellos medios para honrar
a Nuestra Señora del Sufragio y consolar su corazón abriendo a muchas almas las
puertas del cielo. Cuarto, se honra a Nuestra Señora del Sufragio imitando sus
virtudes especialmente la caridad con el prójimo, la bondad y mansedumbre con
todos, la pureza de corazón, intentando no solo agradarle a ella y gozar de su
protección particular en vida y en muerte y mucho más en purgatorio, sino
también merecer que ella nos escuche cuando rezamos por los demás.
Nuestra Señora del sufragio nos anima a evitar el purgatorio (del Corazón de Maria 1876 pág,308)
Aunque
sea difícil no caer entre aquellas llamas, no es imposible evitarlas en todo o
en partes. Para lograrlo nuestra Señora nos dice que evitemos los pecados
veniales además de mortales, que hagamos continua penitencia por las culpas
cometidas, que obtengamos mayor número posible de indulgencias, que repitamos
muchos actos de amor de Dios, que frecuentemos los santos sacramentos, que
estemos siempre preparados para nuestra última hora. Si el vivir así comporta
sacrificios, vigilancia, mortificación de los sentidos, en punto de muerte
bendeciremos el haber escuchado estas invitaciones de María.
Aunque
sean graves nuestros pecados y larguísima la penitencia debida, si nosotros
multiplicamos las obras santas, los actos de virtud, de paciencia, de caridad,
de humildad, de dulzura, de aceptación, de devoción, todos méritos puestos del
otro lado de la balanza así que el bien supere
el mal ¿Qué nos quedará por satisfacer en purgatorio? justamente eso es
lo que hicieron los santos que habiendo sido pecadores supieron luego
santificarse y con virtud heroica evitar toda pena del purgatorio. Nuestra
Señora del Sufragio no te impulsa a hacer milagros ni tampoco cosas
extraordinarias, más bien que seas fiel en las pequeñas cosas, en los pequeños
actos de virtud, de jaculatorias, de sacrificios, de santas intenciones, de
fervientes suspiros; te anima a tener hambre de obrar el bien, una voluntad
constante de no perder ocasión de méritos, de nunca decir basta de anhelar
incesantemente a crecer, a cumplir todo deber de religión y de estado con
exactitud y por amor a Dios. Todo esto no es imposible para nosotros y podrías
viviendo así hacer tu purgatorio. Si las almas del purgatorio con limosnas, con
oraciones, asistiendo a los enfermos, confortando a los afligidos con una vida
ejemplar, con una vida ferviente pudieran liberarse de aquellas llamas ¿Qué no
harían? Nuestra Señora del Sufragio te
diría: piénsalo, alma cristiana y estarás contenta; ni habrá más purgatorio
para ti, invoquemos frecuentemente a María ya que la devoción hacia ellas
siempre fue un medio importante para evitar en todo o en parte aquella cárcel
de expiación.
Nuestra Señora del Sufragio muestra la facilidad del sufragio (del Corazón de Maria 1876 pág,308)
Maria
siempre en acto de ayudar a sus hijas del purgatorio te invita a imitarla, lo
cual resulta muy fácil si lo quieres. No solamente las oraciones, las limosnas,
las misas, las comuniones, las indulgencias sino un Requiem aeternam, una
jaculatoria, un suspiro de amor, una pequeña mortificación, un acto de
paciencia, el soportar a una persona molesta, el abandono a la divina voluntad,
todo padecimiento voluntario o involuntario, el deber según el propio estado,
el mismo dormir, comer, pasear, la acción más humilde de nuestra vida hecha en
gracia de Dios y ofrecida a él con la intención de sufragar a las almas vale
para su liberación. Cada obra nuestra, cada afecto de nuestro corazón, cada
deseo de la voluntad es para el cristiano justo un acto de virtud y por lo
tanto un mérito que se puede ofrecer como sufragio de las almas del purgatorio.
¿Quién no puede hacer ésto? dice la Virgen ¿quién dirá imposible liberar
muchísimas almas con tal que lo quiera? es verdad que tres condiciones son
necesarias par el sufragio: 1ª, nuestras acciones sean hechas en estado de
gracia es decir no en pecado mortal. Las obras buenas de pecadores no son
agradables a Dios en cuanto a satisfacción meritoria; son obras muertas y quién
no está en condiciones de merecer por si mismo no puede ceder el mérito a las
almas. Se exceptúa el sacrificio de la misa cuyo valor no depende de quién la
ofrece sino de Jesús que se ofrece por nosotros y por tanto no pierde su valor
aunque sea encargada y celebrada por un pecador; algunos exceptúan también las
indulgencias que siempre se pueden obtener por las almas del purgatorio. 2ª,
que las obras se hagan con la intención de sufragar a las almas; pudiendo
nosotros obrar con estos fines, nuestras obras, según dice Santo Tomás, ayudan
a los difuntos en razón de la caridad y de la intención. 3º, hacer las obras
bien, con exactitud, con devoción y con fervor. ¿Hay algo imposible en ésto
para todos nosotros? por lo tanto es fácil liberar muchas almas por tu medio,
dice la Virgen y tú ¿qué haces?.
Nuestra Señora del Sufragio nos hace conocer los deseos del corazón de Jesús (del Corazón de Maria 1876 pág,308)
Maria en
vida estudió todos los medios para secundar los deseos de su Hijo; fue ella la
primera que amó al Sagrado Corazón ¡Cuánto desea que todos nosotros cumplamos
lo que él quiere! en el calvario Maria escuchó la voz llena de compasión de
Jesús moribundo que le traspasó el corazón porque comprendió plenamente su
significado: sitio, tengo sed. Maria
nos revela que esa misma voz sigue saliendo del Sagrado Corazón con respecto a
las almas del purgatorio. Si bien en el
trono de gloria, adorado por los ángeles, amado por los santos, Jesús sigue
teniendo sed. Tengo sed de amor y si la mayor parte de los que se llaman
cristianos poco o nada me aman en la tierra, me aman las almas del purgatorio
¡cuánto deseo recompensarlas! tengo sed ¿quién se ocupa en el mundo de mis
deseos de amor?¿cuántos piensan en los latidos que costó a mi corazón la
redención?¿quién medita en mi sacrificios, en los dolores de mis agonías, en mi
sangre derramada hasta la última gota? solo encuentro frialdad, negligencias,
blasfemias, sacrilegios… pero las almas del
purgatorio me amaron en vida y ahora como hijas agradecidas de mi
corazón me aman todavía más; sitio, tengo
sed de liberarlas.
Tengo sed
de almas que en el cielo me glorifiquen, a cambio de tantos sacrilegios, me
bendigan en vez de tantos indiferentes, me amen en lugar de tanta frialdad
¿quién me ayuda a liberar a las almas del purgatorio? éstas me alabarán
eternamente y mientras podré donarles el premio de sus virtudes, ellas me
consolarán por toda la eternidad. Tengo sed de una oración, de una limosna, de
una misa, de una comunión… y tú, continua Nuestra Señora del Sufragio, ¿vas a
negar una gota de agua al corazón de Jesús? ¿No vas a querer consolar a mi Hijo
y consolarme a mi misma sufragando a aquellas almas?
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